sábado, 3 de enero de 2009

Intr., 9 - No hay criatura que, balbuceando el Avemaría, no la alabe (TVD, 9)

[Ntra. Sra. de la Candelaria de la Viña - Salta - haga clic en la foto si desea agrandarla]
9. Toda la tierra está llena de su gloria, particularmente entre los cristianos, que la toman por tutelar y protectora en varios reinos, provincias, diócesis y ciudades. Varias catedrales (están) consagradas a Dios bajo su nombre. No hay iglesia sin un altar en su honor: no hay paraje ni circunscripción en que no haya alguna de sus imágenes milagrosas, donde se cura toda suerte de males y se obtiene toda suerte de bienes. ¡Tantas cofradías y congregaciones en su honor; tantas órdenes religiosas bajo su nombre y su protección! ¡Tantos cofrades y hermanas de todas las cofradías, y tantos religiosos y religiosas de todas las órdenes que publican sus alabanzas y anuncian sus misericordias! No hay criatura que, balbuceando el Avemaría, no la alabe; casi no hay pecadores que, aún en su endurecimiento, no tengan alguna centella de confianza en Ella; no hay ni siquiera un diablo en los infiernos que, temiéndola, no la respete.

Nota: ilustra esta página la Sda. Imagen de Nuestra Señora de la Candelaria de la Viña, que tiene en sus brazos al Niño Cautivo. Ambas imágenes obraron milagros de conversión en los Indios del Chaco, que asaltaran el Fuerte de Cobos (Salta), donde se los veneraba. El Niño fue llevado a remotos parajes y luego recuperado por los cristianos. La Imagen de la Virgen muestra en su rostro la herida causada por una flecha de los indígenas paganos. (Parroquia de La Viña, Salta). Este ejemplo ilustra también lo que dice San Luis María Grignion de Montfort en este ítem 9 de su rica Introducción al Tratado de la Verdadera Devoción a la Ssma. Virgen.

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