viernes, 10 de julio de 2009

Cap. I - "In Israel hereditare: y sea Israel tu herencia" (TVD, 31)

Maravilloso paisaje de Tierra Santa, que refleja imponderables y misterios que afloran en el texto de San Luis María de Montfort, cuando Nuestro Señor le dice a su Madre: "...y sea Israel tu herencia", simbolizando a los hombres bienaventurados, prefigurados en el Antiguo Testamento, linaje escogido para ser dominio de la Ssma. Virgen
31. Dios Hijo quiere formarse y, por así decirlo, encarnarse todos los días, por medio de su querida Madre, en sus miembros, y le dice: “In Israel hereditare…(*): …y sea Israel tu herencia”. Es como si dijera: Dios mi Padre me ha dado por herencia todas las naciones de la tierra, todos los hombres, buenos y malos, predestinados y réprobos; conduciré a unos por la vara de oro y a los otros por la vara de hierro; seré el padre y el abogado de los unos, el justo vengador de los otros, y el juez de todos; pero en cuanto a Vos, mi querida Madre, no tendréis por vuestra herencia y posesión más que los predestinados, figurados por Israel; y, como su buena madre, Vos los daréis a luz, los alimentaréis y educaréis; y, como su soberana, Vos los conduciréis, gobernaréis y defenderéis. (*) Eclesiástico, XXIV, 13

Comentario

San Luis María parece estar describiendo un filón luminoso de la humanidad, llamado a desempeñar un rol clave en la Historia, de hombres que serán para ello alimentados y educados por Ella. Esperanzador en esta época en que "el mal y los malos" -cf. García Moreno- parecen enseñoreados de los estados, implantando leyes y costumbres violatorias de la ley de Dios. El gran Doctor mariano previó el triunfo de los hijos de la Virgen sobre los fautores del mal, una magnífica y sólida esperanza.

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