domingo, 6 de diciembre de 2009

Cap. I - María es necesaria a los hombres para llegar a su último fin - Una marca de reprobación y una señal infalible de predestinación... (TVD, 39-42)

Nuestra Señora del Rosario - Convento de Santo Domingo - San Miguel de Tucumán

2ª Consecuencia: María es necesaria a los hombres para llegar a su último fin 

39. En segundo lugar, es necesario concluir que siéndole la Santísima Virgen necesaria a Dios –de una necesidad llamada hipotética, a consecuencia de su voluntad- Ella es mucho más necesaria a los hombres para llegar a su último fin. Luego, no debemos confundir la devoción a la Santísima Virgen con las devociones a los otros santos, como si no fuera más necesaria que éstas, y sólo de supererogación. 

1.- La devoción a la Ssma. Virgen es necesaria a todos los hombres para lograr su salvación 

40. El docto y piadoso Suárez, de la Compañía de Jesús, el sabio y devoto Justo Lipsio, doctor de Lovaina, y otros varios, han probado irrefutablemente [n. “invenciblemente” en el original], fundándose en el sentir de los Padres, entre otros de San Agustín, de San Efrén, Diácono de Edesa, de San Cirilo de Jerusalén, de San Germán de Constantinopla, de San Juan Damasceno, de San Anselmo, San Bernardo, San Bernardino, Santo Tomás y San Buenaventura, que la devoción a la Santísima Virgen es necesaria para la salvación; y que es una marca infalible de reprobación, en el sentir del propio Escolapadio y de algunos otros herejes, no tener estima y amor por la Santísima Virgen; y que, por el contrario, es una señal infalible de predestinación el serle entera y verdaderamente devoto. 

41. Las figuras y las palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento lo prueban, el sentir y los ejemplos de los santos lo confirman, la razón y la experiencia lo enseñan y lo demuestran; el mismo diablo y sus secuaces, presionados por la fuerza de la verdad, se han visto a menudo obligados a confesarlo a pesar suyo. De todos los pasajes de los santos Padres y de los Doctores, de que he hecho una amplia colección para probar esta verdad, tan sólo refiero uno para no alargarme demasiado: “Tibi devotum esse, est arma quaedam salutis quae Deus his dat quos vult salvos fieri… (Juan Damasceno). Seros devoto, oh Santa Virgen, dice San Juan Damasceno, es un arma de salvación que Dios da a aquellos a quienes quiere salvar”. 

42. Podría referir aquí varias historias que prueban esto mismo, entre otras: 1º) la que se cuenta en las Crónicas de San Francisco, de cuando vio en un éxtasis una gran escalera que subía al cielo, en cuyo extremo se encontraba la Santísima Virgen, y por la cual le fue mostrado que era preciso subir para llegar al cielo; 2º) la que se refiere en las Crónicas de Santo Domingo, de cuando quince mil demonios, que poseían el alma de un infeliz hereje, cerca de Carcasona, donde Santo Domingo predicaba el Rosario, fueron obligados, para su confusión, por mandato que les impuso la Santísima Virgen, a confesar varias grandes y consoladoras verdades tocantes a su devoción, con tanta fuerza y claridad, que no puede leerse esta historia auténtica y el panegírico que el demonio, a pesar suyo, hizo de esta devoción, sin derramar lágrimas de alegría, por poco devoto que uno sea de la Ssma. Virgen. Tratado de la Verdadera Devoción a la Ssma. Virgen - San Luis María Grignion de Montfort - Traducido del original francés por "IPSA CONTERET"

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